Por Camila & Alan

Viajar llena el alma, nos renueva con esa emoción única de explorar nuevos lugares y reencontrarnos con esa energía pura que no existe en la ciudad. A medida que vas conociendo, observando y compartiendo con sus habitantes, te das cuenta de lo mucho que nos falta como sociedad frente al cuidado de nuestro entorno y de las políticas que, por tantos años, han favorecido a empresas contaminantes, sacrificando muchas zonas del país. Sin embargo, existe un lugar que por más de 20 años se ha opuesto a su destrucción, un lugar que nos encantó desde que llegamos, tanto por sus acantilados verdes como por su aire limpio, soledad, habitantes y olas…Mehuin.

Ubicado al noreste de Valdivia, Mehuin posee una rica cultura Mapuche – Lafkenche (gente que vive del mar) que busca fomentar una conciencia medioambiental y así conservar la naturaleza que les rodea. Al caminar por su extensa playa y admirar su imponente paisaje, se siente su tranquilidad y fragilidad, la cual está siendo amenazada por una nube negra que pone en duda si las próximas generaciones podrán disfrutarla tal como esta hoy.

Celulosa Arauco pretenden instalar un ducto para evacuar residuos industriales provenientes de su planta en Valdivia. Han sido muchos años de lucha representados por el Comité de Defensa del Mar donde incluso la empresa, hace un tiempo, entregó dinero a un grupo de pescadores a cambio de no intervenir en el proyecto (ver reportaje TVN). Algo similar sucede en Concón con la refinería Enap y su campaña de «limpieza de imagen» entregando dineros a algunas escuelas de surf.    

En palabras de Eliab Viguera, dirigente de dicho comité, «no todo está a la venta». Creemos y tenemos la esperanza que debe existir algo más trascendental en las acciones que mueven a las personas, considerar que cualquier tipo de «compensación económica» para silenciar o comprar votos, es un atentado contra las futuras generaciones, contra tus propios hijos.

En Mehuín la lucha se ha logrado mantener gracias al amor por estas tierras, su mar, su vida diaria y la sensación de libertad. Por todo esto y más, no existe compensación alguna por la destrucción que ocasionaría el ducto en sus costas.

Cabe destacar que la comunidad Mapuche- Lafkenche corresponde a una población protegida según el artículo 11, letra E de la Ley 19.300 (Medio Ambiente) y artículos de la Ley 19.253 (Indígena); por lo tanto, éstas tienen preferencia en la tramitación del espacio costero. En esta linea, la ley 20.249 (ley Lafquenche) que crea los espacios costeros marinos de pueblos originarios (ECMPO), tiene por objeto la protección de los recursos marinos, de la biodiversidad y de los lugares ancestrales de uso indígena. En pocas palabras, representaría una acción ilegal ejecutar el proyecto.

Todos podemos aportar un grano de arena para cambiar la forma en que nos relacionamos con nuestra madre tierra. Geovanny Castro, surfista, activista e integrante de la Escuela de Surf NewenLafken, trabaja con los niños de la zona para promover el desarrollo de valores y conciencia ambiental por medio de talleres de surf gratuitos, ya que son ellos quienes deben seguir luchando por proteger estas costas.




Seguiremos atentos a lo que sucede en Mehuin y recuerda, si planeas un viaje a esta zona o cualquier otra, llévate tu basura | Segundo Congelado, columna que explora algo más allá en la vida de surfistas y lugares que tienen algo que decir.