En Australia, en promedio una persona usa aproximadamente 200 litros de agua por día, de los cuales sólo 5-10 litros son usados para nuestras necesidades básicas, como para tomar y preparar comidas. El resto se distribuye mayoritariamente por un 29% usado en la ducha, un 25% en lavar la calle, el auto y cosas outdoors, 14% en lavado de ropa, 12% en el baño y el resto un misceláneo.
Eso es allá, pero probablemente la diferencia respecto de nosotros no sea mucha. ¿Cuál es el punto? Hay una enorme parte de este gasto que podría reducirse sin generar una diferencia muy significativa en nuestro estilo de vida. Hay métodos básicos para disminuir el uso doméstico del agua, lo que ayudaría tanto a la conservación del líquido, como también a reducir el gasto monetario de la cuenta.
En el baño, como primer ejemplo, cada minuto adicional de ducha significan 9 litros de agua que se van por el desagüe. Luego, dejar el agua corriendo al lavarse los dientes también significa un gasto innecesario de 8 litros por minuto. Esto último también se aplica para el lavaloza, que al lavar los platos con el agua corriendo se gastan los mismos 8 litros por minuto.
En la lavada de ropa, idealmente tener una máquina eficiente de al menos 4 estrellas, lo que disminuye el gasto de agua en unos 50 litros, y si se usa como corresponde, bastante llena, se ahorran alrededor de 10 litros por lavado.
Al regar el jardín, hacerlo cuando el sol ya no esté pegando fuerte, porque si no la mayor parte del agua se evaporará, además de quemar las plantas por el reflejo de los rayos.
Todas estas medidas han surtido buen efecto en Australia, donde la mayoría ya está muy preocupada por la carencia de agua. Son métodoss muy simples pero efectivos, que traen buenas consecuencias y a nosotros no nos afectan casi en nada.