Un curioso descubrimiento entregaron unos científicos al mostrar la relación entre la acumulación de algas en la costa y el clima local.
El estudio explicó que las algas pardas, al encontrarse bajo estrés, desprenden grandes cantidades de yodo a la atmósfera, manifestados en forma de iones cargados, lo cual ayuda a la formación de nubes. En otras palabras, cuando el kelp o alga grande es expuesto a una intensa luz solar, a desecación o al ozono atmosférico, inmediatamente desprende gran cantidad del yodo que normalmente almacena en sus tejidos, el cual utiliza como antioxidante.
Estas acumulaciones de óxido de yodo actúan como centros de condensación alrededor de los cuales surgen las gotitas de agua que forman las nubes. Sin embargo, estas gotas no son suficientemente grandes para formar lluvia. Así entonces, lo que se genera son nubes más grandes y duraderas afectando las zonas costeras.
Por lo tanto, estas algas tendrían un rol fundamental en el ciclo bioquímico del yodo y en la eliminación del ozono de baja altitud, el cual puede ser perjudicial para los seres vivos, no como el más conocido ozono de alta altitud que previene de los rayos ultravioleta del sol.
Estas algas pardas están presentes a lo largo de todo el Chile continental, y son un recurso ecológico, social y económico de esta costa.