Chloé Calmon es una de las chicas más jóvenes del team Roxy de Brasil. Nacida el 10 de octubre de 1994, ha disfrutado 15 años de vida, 5 años surfeando y 4 años en competencia, lo cual ha sido suficiente para posicionarla como exponente reconocida del Longboard en su país. De sonrisa fácil y hermosa, perseverante y determinada, amante de la música y la naturaleza, deportista multifacética y amante de lo que hace, a simple vista puede decirse que representa enteramente a una chica Roxy.
Nacida y criada en Rio de Janeiro, capital del surf de Brasil, tuvo las influencias de su padre, Miguel Calmon, también Longboarder, y del ambiente de su ciudad, que la movieron a internarse en este deporte que acabó por convertirse en lo que más le gusta hacer: «Adoro surfear. El surf es mi felicidad». Obtuvo su primer funboard a los 11 años, pasándose al Longboard un año más tarde, a partir de donde fue imparable.
Y llegó el momento en que quiso también pasarse a explorar aguas ajenas y viajar en busca de olas. Así es como para la Navidad del pasado 2009, llega a conocer la costa de nuestro país, acompañada de su padre. Inmediatamente partieron al sur a la costa de Pichilemu, donde ella disfrutó y se enamoró de las olas de Punta de Lobos y de los cuchuflís de la Puntilla.
Hasta el momento, el único lugar que ha surfeado fuera de Brasil es Chile. «Me encantó Chile! Las olas son muy largas y muy buenas! Los chilenos son muy simpáticos y alegres, y los paisajes son muy lindos. Pero el lugar que más me gustó fue Punta de Lobos». Allí tuvo la oportunidad de conocer a algunos de los grandes del surf chileno, «Cuando estaba surfeando en Infiernillo estaba Diego Medina. También vi a Cristian Merello surfear en Punta de Lobos, y admiro mucho a Ramón Navarro! Todos son muy buenos surfistas!».
Como la gran mayoría de los que pasan por Pichilemu, Chloé también creó una fijación con ese lugar, convirtiéndose en una de sus playas favoritas, junto a las de su natal Río de Janeiro: Praia da Macumba y Arpoador, donde se dice se originó el surf brasileño. Ahora, como parte de sus sueños, están el llegar a conocer y surfear California y Hawaii.
Brasil es un país con una cultura de surf muy desarrollada, lo cual entrega muchas facilidades a quienes practican este deporte e incentiva su desarrollo. Por ejemplo, Chloé cuenta que en Brasil el surf femenino está creciendo mucho, y se ven muchas chicas en el agua. Sin embargo, en su paso por Chile, no le tocó ver muchas mujeres surfeando, aunque vio algunas imágenes de ellas en revistas nacionales. Así también observó que en su país hay escuelas de surf por todos lados, llevando a más personas a surfear, lo cual podría hacerse más aquí en Chile (aunque, claro, hay que tomar en cuenta la diferencia climática y de temperatura del agua que lo hace todo más difícil). De todos modos, a ella le llamó la atención la cultura surfista de donde estuvo: «Pichilemu respira surf! Hay muchos outdoors con fotos de surf, y muchos surf shops».
«El surf chileno está en creciente evolución, y mostrando al mundo surfistas de peso, muy buenos! Así también sus olas son perfectas, muy largas y buenas», todo lo cual, en su opinión, hacen de Chile un lugar ideal para crear nuevas potencias de surf y un lugar idílico para viajar a disfrutar de sus olas.