Finalmente se han logrado efectivos frutos en la batalla contra la caza de ballenas. Tras años de lucha, la organización ecologista Sea Shepperd ha visto rendirse a los balleneros japoneses ante su obstrucción, impidiendo la caza de ballenas en el extremo sur Pacífico. El barco que detuvo sus actividades por el constante ataque de los activistas fue el ballenero Nisshin Maru.
Sin embargo, de acuerdo a Greenpeace, el Nisshin Maru estaría retornando a su país de origen, derrotado, no tanto por la oposición, sino más bien debido a la baja en la demanda de carne de ballena en Japón, con lo que se pierde el sentido de seguir cazando ballenas.
De todos modos, no puede quitársele un gran mérito a Sea Shepperd, gracias a quienes la caza de ballenas del último tiempo ha disminuido considerablemente. Entre los meses de diciembre y marzo, una flota japonesa en campaña de caza de cetáceos en la Antártica, con supuestos fines científicos, tiene normalmente una cuota anual de unos mil cetáceos. En la pasada campaña se logró capturar sólo 507 ballenas, lo que la Agencia de Pesca nipona achacó a las actividades de «obstrucción» de Sea Shepherd.
Y por ahora el resultado es oficial. No habrá más caza de ballenas en esta temporada, y los balleneros no alcanzaron a llevarse ni siquiera un 10% de su cuota regular, lo que significa que alrededor de 900 ballenas fueron salvadas este año.
Por el momento, los barcos de Sea Shepperd (Steve Irwin, Bob Barker y Gojira) se mantendrán en la zona de ballenas, y escoltarán a los balleneros japoneses hasta sus costas, para asegurarse de que el trabajo sea concretado, sin dar ni un pie atrás.
Más información en www.seashepherd.org
Foto: elpais.com