Chile está viviendo profundos cambios estructurales que, de alguna u otra forma, debiesen llevarnos a re-conectarnos con lo que nos rodea, a mejorar la forma en que nos relacionamos con el medio ambiente y desarrollar un nuevo marco regulatorio en beneficio del patrimonio natural y no al de los intereses económicos. No podemos ser ajenos a los constantes atentados a nuestros recursos naturales y ecosistemas por la ambición de algunos sin considerar lo que les dejaremos a las futuras generaciones. Un claro ejemplo de esta dramática realidad, es lo que hace años hemos presenciado con el borde costero y el Santuario dunar de Concón, donde el avance inmobiliario no se detiene. ensombreciendo la identidad que solía tener esta zona costera.
Así mismo, condenamos el actuar poco consciente de quienes visitan las dunas y no se llevan la basura o, peor aún, quienes ingresan en 4×4 o motos causando un grave daño a la flora y fauna. Está prohibido por ordenanza municipal lo anterior e instamos a denunciar.
Para profundizar más sobre lo que acontece hoy en las dunas y borde costero, conversamos con la organización Duna Viva, quienes han realizado una gran labor por defender lo poco que va quedando del patrimonio natural de Concón.
Sobre Duna Viva, que tipo de personas la conforman y su misión
 
Duna Viva esta compuesta por la Fundación Yarur Bascuñan y la Corporación Pro Defensa, organizaciones que tienen una trayectoria de años en búsqueda de justicia ambiental y respeto de la legislación en cuanto a la generación de proyectos inmobiliarios o de desarrollo en general.
 
Hitos logrados y acciones en progreso
Como Duna Viva nuestro mayor hito ha sido la defensa permanente del Campo Dunar. Durante el año 2019 logramos detener los avances de VIMAC en el borde de la Duna hacia Viña del Mar, así como también la urbanización en calle Cornisa realizada por Reconsa.
Ahora bien, aquello fue posible por la construcción de jurisprudencia que desde el año 2011 se ha venido construyendo en conjunto con la Corporación Pro Defensa del Patrimonio, tanto en la batalla por la construcción del Hotel Punta Piqueros como la defensa del Campo Dunar.
En 1993 se declara como Santuario de la Naturaleza a las Dunas de Viña del Mar-Con Con. En ese año el área comprendía 50 hectáreas. A través de los años este espacio se redujo hasta sólo 12 hectáreas, pero al día de hoy bordea las 31 hectáreas. Según la ley de Monumentos Nacionales cuando el dueño es privado – las dunas tienen dueño- es él quien debe presentar un plan de manejo para su conservación. En este caso Reconsa, el dueño, no ha presentado nunca dicho plan de manejo.
¿Has notado en los últimos años un cambio en el actuar de los turistas que visitan las dunas? ¿se aplican infracciones a vehículos 4×4 y motos?
La conciencia ambiental ha aumentado con los años, pero queda aún mucho por hacer. Incluso hoy, en medio de la Pandemia, nos han llegado fotos y videos de personas ingresando a las Dunas en vehículos 4×4 y motos, lo que causa un gran daño a los ecosistemas. Creemos que la educación ambiental a nivel territorial y local es una tarea pendiente, debería incluso abordarse a nivel curricular en la formación escolar.
Borde costero: ¿Cuál es el estatus actual del Hotel Punta Piqueros? 
En la actualidad el Hotel Punta Piqueros no cuenta con permiso de obra vigente. Y si bien cuenta con resolución ambiental (del año 2018) esta se encuentra en proceso de anulación, al no tener ya posibilidad de obtener un nuevo permiso de obras.
Controversia causaron las obras de mitigación realizadas por la inmobiliaria Punta Piqueros, cuyos propietarios son los empresarios Urenda, Bolocco y Said, en el Santuario Roca Oceánica. 
Lo realizado en la Roca Oceánica -más allá de la naturaleza de la intervención- es grave, y va en contra de la jurisprudencia de los últimos años de nuestras cortes superiores: cualquier obra sobre un Santuario de la Naturaleza debe contar con un Estudio de Impacto Ambiental específico para ellas, y en este caso, eso nunca sucedió.
¿Cómo evalúas el rol de las autoridades?
Con respecto al rol de las autoridades en general, a través de los años, ha sido bastante opaco en relación a la defensa del interés público vs la complicidad con el interés privado.

¿Cómo ven el campo dunar y borde costero en 10 años más?
Nuestra visión es la de ver un Borde Costero que sea parte de la Ciudad y el cómo sea parte de ella sea decidido de manera democrática y participativa por quienes lo habitamos y sus comunidades. No que este sea un mero espacio para la especulación inmobiliaria y la destrucción de nuestro patrimonio natural. Es necesario dejar claro que los buenos proyectos y el desarrollo económico no son ni deben ser incompatibles con el respeto de nuestro patrimonio ambiental y borde costero.
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Fotos: Fede Maiz
Columna por Alan Thiznau | Chilesurf