Por Javier Escobari.
En los pasillos de mi oficina, escuché a un compañero de otra área, cantándole esta canción que se hizo famosa en la TV pública a comienzos de la década del 2000, para mofarse de uno de sus colegas, porque se echó un ramo en la universidad.
Hoy en día, miles de chilenos trabajan de y día estudian de noche, muchos de ellos, costeándoselos propiamente, otros, acogiéndose a la ley de gratuidad que promulgó la ex presidenta Bachelet. Para no caer en partidismos, este año, el presidente Sebastián Piñera, tomó dicha ley, y la mejoró al extenderla hacia los institutos profesionales y centros de formación técnica.
Pero… ¿a qué viene todo esto?. Dígame usted mi amigo, ¿qué es lo que cree?… muchos de los riders, profesionales incluso, jamás finalizaron sus estudios secundarios. Yaaaaa… ¿y eso qué tiene? podría decir usted… No me corresponde a mi decirlo, pero le expongo los siguientes casos.
Hoy existen críticas respecto al manejo dirigencial del surf. Entonces, qué haría el deportistas ante una para en sus competencias? O formulo otra pregunta, ¿qué haría el deportista, si el día de mañana sufre una lesión grave, negándole continuar en competencias?. Esto, poniéndonos en el caso, de que el surfista vive del deporte, lo que sabemos, es poco común.
En la carencia formativa que hoy tienen los profesionales del surf, amigo lector le hago otra pregunta, ¿es un deportista profesional, el que no finalizó el colegio? Usted podrá sacar sus propias conclusiones… yo sacaré las mías. Si bien es cierto, esta columna no la lee mucha gente, al que le llega, le llega… no tengo la intención de denunciar a muchachos, muchachas o muchaches que no han terminado sus estudios, si no más bien, la de generar conciencia en aquellos, aquellas o aquelles deportistas y managers (papás de deportistas), para generar una alerta, en un evidente vacío en la formación profesional.
Durante el desarrollo de mi carrera ligada a este deporte, he visto una decena de ejemplos. Algunos se mantienen encumbrados en lo más alto, otros en la media, otros pasaron desapercibidos, o al olvido. Entonces, ¿qué pasaría si es que el que está encumbrado, tuviera las herramientas integralmente suficientes?. Segundo, ¿qué pasaría, si el que está en la media, también tuviera todas las herramientas integralmente suficientes?. Tercero, los que pasaron al olvido, y son quizás, los casos más graves, ¿cómo continúan su vida, luego de no tener una base formativa integral suficiente?
Las respuestas, las dejo abiertas. Este diálogo lo he tenido en más de una ocasión con los managers (padres) de los atletas. Todos concuerdan en dicho juicio, así como también, en la dirigencia y la industria en general.
Pero, qué pasa, porqué seguimos donde mismo, con un campeonato nacional con evidentes carencias, sin fechas claras, con los deportistas deambulando por las costas, sin poder establecer una planificación seria, algunos faltando al colegio, otros a trabajar (managers), y nadie dice nada. En lo personal, sólo pongo la alerta, y me acuerdo de la canción que hace años era bullyng en televisión para un artista.
Hoy, burlarse es casi un delito, no creo que sea el camino, pero puede servir para analizar si están bien sentadas las bases, para lograr un verdadero cambio, si es que de verdad se pretende, llegar con la bandera a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Por Javier Escobari